miércoles, 21 de marzo de 2012

APROXIMACIÓN PELIGROSA
Unos puntos más y habrían crujido las columnas de concreto que soportan casas y edificios de la ciudad de México, enclavada sobre la pastosa superficie de un antiguo lago. La ciudad bailó al ritmo de una música trepidante de 7.9 grados de temblorina, que son muchos grados, y los bailó muy bien, muy serena y cadenciosa.

Han funcionado los nuevos protocolos de construcción que se han aplicado desde el terremoto de 1985 y ahora, un movimiento del tamaño del de ayer, le hace los mandados a la ciudad.

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