EN EL ÚLTIMO DE SUS DÍAS
CUENTA REGRESIVA
MAGU EN LA JORNADA
FELIZ NAVIDAD...
CON UN GUAJOLOTE AL LADO
Los guajolotes tienen su vida contada y cantada con villancicos navideños; no llegan más allá del 24. Por eso no tienen mucho tiempo para perderlo asistiendo a los mitines de los políticos que en plenas vísperas de navidad andan repitiendo, reiterando, duplicando hasta el cansancio y aburrimiento, como cotorros desaforados, desatados, sin frenos, sus ideas sobre sus sobados y promisorios proyectos de nación.
Los guajolotes tienen prisa. Cuentan con once meses para dedicarlos a su realización y el último para sensibilizarnos sobre la crueldad de escogerlos como centros de mesa.
Para su mala suerte, diciembre, antes mes de amor y paz, se ha convertido ahora no sólo en escenario para las campañas políticas sino en un mes sin tregua para la violencia.
Los muertos , los 50 mil muertos del sexenio han sido mucha carga para los guajolotitos. El hornocausto de los guajolotes no importa ya a nadie. Hoy puede uno tranquilamente cortarle la cabeza a un guajolote frente a la catedral o frente aun centro comercial con la confianza de que no habrá alboroto alguno..nadie nos pedirá un alto a la violencia y al sadismo, nadie nos exigirá “No más sangre guajolotera”.
Los Guajopavos no llegaron a ser considerados ni siquiera un daño colateral.
Así que, este sabádo 24 sean felices.
Si un guajolote los acompaña, mucho mejor, con un un buen vino, o con una Nochebuena bien fría pueden soportar la pena de haberlo metido al horno y sanseacabó. Hay más muertos a nuestro alrededor, y son más parecidos a nosotros.
DE TODOS MODOS,
Y POR ESO MISMO, FELICIDADES ESTA NAVIDAD
FELIZ NAVIDAD...
CON UN GUAJOLOTE AL LADO
Los guajolotes tienen su vida contada y cantada con villancicos navideños; no llegan más allá del 24. Por eso no tienen mucho tiempo para perderlo asistiendo a los mitines de los políticos que en plenas vísperas de navidad andan repitiendo, reiterando, duplicando hasta el cansancio y aburrimiento, como cotorros desaforados, desatados, sin frenos, sus ideas sobre sus sobados y promisorios proyectos de nación.
Los guajolotes tienen prisa. Cuentan con once meses para dedicarlos a su realización y el último para sensibilizarnos sobre la crueldad de escogerlos como centros de mesa.
Para su mala suerte, diciembre, antes mes de amor y paz, se ha convertido ahora no sólo en escenario para las campañas políticas sino en un mes sin tregua para la violencia.
Los muertos , los 50 mil muertos del sexenio han sido mucha carga para los guajolotitos. El hornocausto de los guajolotes no importa ya a nadie. Hoy puede uno tranquilamente cortarle la cabeza a un guajolote frente a la catedral o frente aun centro comercial con la confianza de que no habrá alboroto alguno..nadie nos pedirá un alto a la violencia y al sadismo, nadie nos exigirá “No más sangre guajolotera”.
Los Guajopavos no llegaron a ser considerados ni siquiera un daño colateral.
Así que, este sabádo 24 sean felices.
Si un guajolote los acompaña, mucho mejor, con un un buen vino, o con una Nochebuena bien fría pueden soportar la pena de haberlo metido al horno y sanseacabó. Hay más muertos a nuestro alrededor, y son más parecidos a nosotros.
DE TODOS MODOS,
Y POR ESO MISMO, FELICIDADES ESTA NAVIDAD
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