
Los diputados se dieron el gusto de
traer hasta San Lázaro al “niño” de la televisión
con el que se divirtieron en sus infancias. Por el Día del Niño los diputados catafixearon su condición de hombres serios, promulgadores de leyes en niñotes de pantalones cortos, y le dieron a la Cámara de Diputados una imagen cercana a lo que es: un espacio para los comediantes.
la nota
http://www.milenio.com/node/433395