ANTES DE SICILIA SÓLO ERAN UNA NOTA EN EL PERIÓDICO LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA AL NARCO SON VÍCTIMAS,
NO DAÑOS COLATERALESCALDERÓN INVENTO UNA PROCURADURÍA PARA LAS VICTIMAS, COJA,
PARA CUBRIR LAS APARIENCIAS
Además de los escapularios, Calderón aprovechó el planteamiento de Javier Sicilia sobre la condición de víctimaS que debería dársele a los civiles que caen balaceados sin deberla ni temerla en la guerra callejera contra los malosos del narco.
Sicilia le hizo ver al presidente que el estado tiene responsabilidad en esas muertes pues es él quien ha soltado a sus perros con armas largas a repartir tiros por calles, carreteras, poblados y ciudades.
Los civiles que quedaban en medio de los tiroteos eran para el gobierno unos irresponsables que circulaban por las calles sin chaleco antibalas y sin ningún sentido de la protección. Ni sabían tirarse bien pecho a tierra, ni tenían habilidades físicas para zigzaguear, enconcharse, embarrarse en el suelo o detener las balas con sus libros, sus bolsas o cualquier periódico, y los que traían chamacos eran tan imbéciles que nunca los usaban como escudos humanos.
Gracias al poeta, Felipe entendió que son víctimas y rápidito inventó una Procuraduría de las Víctimas, así nomás, de la nada. Claro, metió a trabajar en ellas a tres personas que se representan a sí mismas: la señora Miranda de Wallace, la señora María Elena Morera y al señor Alejandro Martí, que han tenido víctimas en su familia, sí, pero que las están usando para retratarse con el poder y ahora para tener chambas en el gobierno.
WALLACE, MORERA Y MARTÍSicilia le hizo ver al presidente que el estado tiene responsabilidad en esas muertes pues es él quien ha soltado a sus perros con armas largas a repartir tiros por calles, carreteras, poblados y ciudades.
Los civiles que quedaban en medio de los tiroteos eran para el gobierno unos irresponsables que circulaban por las calles sin chaleco antibalas y sin ningún sentido de la protección. Ni sabían tirarse bien pecho a tierra, ni tenían habilidades físicas para zigzaguear, enconcharse, embarrarse en el suelo o detener las balas con sus libros, sus bolsas o cualquier periódico, y los que traían chamacos eran tan imbéciles que nunca los usaban como escudos humanos.
Gracias al poeta, Felipe entendió que son víctimas y rápidito inventó una Procuraduría de las Víctimas, así nomás, de la nada. Claro, metió a trabajar en ellas a tres personas que se representan a sí mismas: la señora Miranda de Wallace, la señora María Elena Morera y al señor Alejandro Martí, que han tenido víctimas en su familia, sí, pero que las están usando para retratarse con el poder y ahora para tener chambas en el gobierno.
Calderón le tomó la palabra a Sicilia, lo copió, como quien dice, pero lo hizo a su modo, sin el sentido profundo que este líder social le planteó. Esa Procuraduría se habrá de quedar como una oficina colateral, eso sí, con empleados de lujo que tendrán chamba gracias al poeta.
SICILIA
OFICINA COLATERAL
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