sábado, 12 de junio de 2010

Mea culpa... fallida

A ver si así ya dejan de estar jodiendo (los medios, no los sacerdotes)

El Papa Benedicto XVI pidió ayer por primera vez en público perdón por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores de edad.

Imploramos insistentemente perdón a Dios y a todas las personas afectadas, y prometemos hacer todo lo posible para asegurar que ese tipo de abusos nunca más puedan ocurrir, afirmó el pontífice en una vigilia en la plaza de San Pedro del Vaticano para conmemorar el final del año sacerdotal.

Ha ocurrido que en este año de alegría para el sacramento del sacerdocio salieron a la luz los pecados de los sacerdotes, y en particular los abusos contra niños, añadió ante 15 mil sacerdotes de más de 90 países. En su homilía, el Papa prometió introducir mayor control al examinar la vocación de los nuevos religiosos. También pidió que los 400 mil sacerdotes católicos en el mundo consideren los casos de abusos sexuales como un llamado a la purificación y la humildad.

Según las primeras reacciones, esto representa un paso más en los esfuerzos de Benedicto XVI por limpiar la imagen de la Iglesia Católica, muy cuestionada por el escándalo de abusos sexuales.
Nota

Trimax comenta:
Pues estaría bueno que en vez de pedir perdón verifique que sus colegas cumplan las pocas condenas a que fueron sentenciados los pagrecitos acusados, ayer apenas salió uno después de un par de meses preso por el delito de corrupción de menores pagando la módica cantidad de 20 mil pesos:

Más abajito está el perdón mi'ja.

El sacerdote Laurencio Pérez Mejía, sentenciado por corrupción de menores, está libre desde el 1º de junio después de pasar sólo dos meses y medio en prisión.

Enfrentará su condena de cuatro años y tres meses de prisión en semilibertad condicionada. Estará libre de lunes a viernes, y los sábados y domingos deberá regresar al Cereso de San Miguel de Allende, donde estuvo preso desde el 18 de marzo.

Así lo determinó el juez primero penal de San Miguel de Allende, Carlos Alberto Llamas.

En entrevista con a.m., el Juez explicó que para poder ser liberado, el cura tuvo que pagar 10 mil pesos por la atención psicológica de la víctima; 8 mil pesos por fianza y 2 mil 643 pesos de multa.

La sentencia le fue dictada el 31 de mayo y al día siguiente el sacerdote pidió la sustitución de su pena por la semilibertad condicionada. Después de hacer los tres pagos, salió del Cereso el 1º de junio.

El delito de corrupción de menores, por el que fue acusado el 12 de noviembre de 2005, es castigado con prisión de 3 a 8 años y de 50 a 200 días de multa, según el artículo 237 del Código Penal del Estado.

La víctima del sacerdote fue una muchacha menor de edad de la comunidad San Luis Rey de San Miguel de Allende, a quien el cura sedujo.

También tuvo relaciones con otra menor de 13 años, mientras estuvo prófugo.

Nota del diario AM

5 comentarios:

fiofioo dijo...

vaya no pues si uno tuviera las arcas de la iglesia a su desposicion cualquiera le darian ganas de hacer y desaser jajajaaja alcabo estos como dice ellos en la biblia estan postrados ante el otro que ofrece el poder y todo lo terrenal...

Maxquirus dijo...

Que lo castren!!!!

Unknown dijo...

La iglesia católica sigue dando de que hablar. La justicia sigue ciega ante tales muestras de abuso y la sociedad ap%&*?=#"aciguada con una fe inutil e infructuosa, de hecho estorbosa.

Probablemente, la única iglesia que llegará a iluminarnos algún día........


.....será aquella que arda en el fuego.

Zed dijo...

Aquello que llaman dios no existe, y si existe y esos son sus representantes en el mundo... recordando que Ratzinger Z aún es "infalible" (JAJAJAJAJA) como Papa...

Entonces dios debe odiar a la humanidad de tal forma que podría asegurarse que dios es el diablo.

Dogma de fe.

Mario dijo...

Ah que con los pagrecitos y sus ganas de seguir dando la nota, como se ve que mas tarda el papa en salir q decir q todo va a estar chirintroludamente wonderful de ora en adelante a q salga uno de sus chalanes a regar el tepache y dejarlo mal plantado.