Corrieron al secretario de Turismo del DF, Alejandro Rosas, por decir en España, antes que las encuestadoras, que Mancera iba a ser el candidato a gobernar el Distrito Federal. En lugar de correrlo debieran inventarle la Secretaría de las Predicciones Obvias y Exitosas.
Miguel Ángel Mancera resultó el ganador de las tres encuestas seguido por
Alejandra Barrales 10 puntos abajo y en la cola de esa lista de cinco precandidatos quedó el inefable y estridente Gerardo Fernández Noroña.
Todos los contendientes, menos Barrales, levantaron la mano al ganador y tan tan. Ebrard consiguó lo que quería, imponer al candidatosegundo en sus preferencias. Su primer delfín fue el secretario de Educación, Mario Delgado quien no tuvo los tamaños necesarios y obligó a poner en operación el plan B.
Con Mancera se cerró el camino a candidatos de la cantera de la izquierda, ya no digamos dura, como la de Martí Batres, sino a la moderada, como lo sería Alejandra Barrales, que ha llegado al PRD desde los liderazgos sociales como el sindicalismo de azafatas y que, libre de ataduras ideológicas, se ha dado gustos lúdicos y sensuales como retratarse en las páginas de revista para caballeros.
En su propaganda, Barrales decía que llegaba a la gubernatura del DF sin escalas...La verdad es que eso es lo que le ha faltado a esta joven, tener escalas. Su experiencia política es breve y, como muchos otros aspirantes del PRD, ha creído que la ciudad es perredista y que cualquiera ganaría así pusieran como candidato a una vaca...y puede que sea cierto. Por lo mismo, Ebrard ya había acordado que él sería quien impusiera al candidato y Miguel Ángel Mancera es el suyo.
Falta ver si es el candidato de los ciudadanos.
Miguel Ángel Mancera resultó el ganador de las tres encuestas seguido por
Alejandra Barrales 10 puntos abajo y en la cola de esa lista de cinco precandidatos quedó el inefable y estridente Gerardo Fernández Noroña.
Todos los contendientes, menos Barrales, levantaron la mano al ganador y tan tan. Ebrard consiguó lo que quería, imponer al candidatosegundo en sus preferencias. Su primer delfín fue el secretario de Educación, Mario Delgado quien no tuvo los tamaños necesarios y obligó a poner en operación el plan B.
Con Mancera se cerró el camino a candidatos de la cantera de la izquierda, ya no digamos dura, como la de Martí Batres, sino a la moderada, como lo sería Alejandra Barrales, que ha llegado al PRD desde los liderazgos sociales como el sindicalismo de azafatas y que, libre de ataduras ideológicas, se ha dado gustos lúdicos y sensuales como retratarse en las páginas de revista para caballeros.
En su propaganda, Barrales decía que llegaba a la gubernatura del DF sin escalas...La verdad es que eso es lo que le ha faltado a esta joven, tener escalas. Su experiencia política es breve y, como muchos otros aspirantes del PRD, ha creído que la ciudad es perredista y que cualquiera ganaría así pusieran como candidato a una vaca...y puede que sea cierto. Por lo mismo, Ebrard ya había acordado que él sería quien impusiera al candidato y Miguel Ángel Mancera es el suyo.
Falta ver si es el candidato de los ciudadanos.
MANCERA ES EL BUENO
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