ISABEL MIRANDA DE WALLACE SALTA A LA GRILLAPOLÍTICA GRACIAS A SU DESGRACIA
PERDER UN HIJO
TIENE SU PREMIO: SE OBTIENE GÜESO
EL PAN PREMIA A LOS QUE SUFREN POR LA INSEGURIDAD QUE ELLOS NO COMBATEN
TIENE SU PREMIO: SE OBTIENE GÜESO
EL PAN PREMIA A LOS QUE SUFREN POR LA INSEGURIDAD QUE ELLOS NO COMBATEN
Le secuestraron y mataron a su hijo y ella hizo el trabajo que la incapacidad de la policía le negó para hacer justicia, encontrando y encarcelando a los responsables.
La señora Wallace adquirió fama pública por ser una víctima de la inseguridad que enfrentó valientemente la abulia y la corrupción de las instancias policiacas que le negaron justicia, llevando a cabo sus propias investigaciones y dando con los culpables del crimen de su hijo.
La gente le reconoce esa gran virtud y le tiene aprecio y respeto. Hasta allí..
Pero ahora, la respetable señora Wallace da un salto al vacío aceptando la candidatura para gobernar el Distrito Federal y la acepta del partido en el poder, responsable de la inseguridad que dio lugar al crimen de su hijo.
Es difícil comprender como los halagos públicos del poder pueden compensar la pérdida de un familiar. Pero la señora Wallace, desde hace rato juega a que cree ser influyente en temas de seguridad y con su presencia atestigua, avala y legitima a las autoridades que nunca evitaron la muerte de su hijo ni hicieron nada por resolver el crimen.
La culminación de esa conducta de esta señora respetable termina con la aceptación de ser candidata a gobernar. Con eso siente la señora Wallace que el gobierno panista le compensa la pérdida sufrida y hasta debe creer que sale ganando.
Sin la muerte de su hijo nadie sabría nada de ella y se mantendría en la confortable pero anónima e insulsa condición de ama de casa de clase acomodada. Gracias a Dios sufrió ese horrendo drama familiar y hoy pudo dejar sembrado a políticos como Demetrio Sodi, como Gabriela Cuevas en su pretensión de ser candidatos a gobernar el DF.
Quizás si en estos días mataran a un hijo de Sodi, su partido, el PAN, pudiera conmpensarlo con una candidatura a una senaduría. Gabriela Cuevas sí que está perdida, por ella no hay nada qué hacer pues es muy joven y no tiene hijos...
Lástima por la señora Wallace y por Sodi y por la joven Cuevas...
La señora Wallace adquirió fama pública por ser una víctima de la inseguridad que enfrentó valientemente la abulia y la corrupción de las instancias policiacas que le negaron justicia, llevando a cabo sus propias investigaciones y dando con los culpables del crimen de su hijo.
La gente le reconoce esa gran virtud y le tiene aprecio y respeto. Hasta allí..
Pero ahora, la respetable señora Wallace da un salto al vacío aceptando la candidatura para gobernar el Distrito Federal y la acepta del partido en el poder, responsable de la inseguridad que dio lugar al crimen de su hijo.
Es difícil comprender como los halagos públicos del poder pueden compensar la pérdida de un familiar. Pero la señora Wallace, desde hace rato juega a que cree ser influyente en temas de seguridad y con su presencia atestigua, avala y legitima a las autoridades que nunca evitaron la muerte de su hijo ni hicieron nada por resolver el crimen.
La culminación de esa conducta de esta señora respetable termina con la aceptación de ser candidata a gobernar. Con eso siente la señora Wallace que el gobierno panista le compensa la pérdida sufrida y hasta debe creer que sale ganando.
Sin la muerte de su hijo nadie sabría nada de ella y se mantendría en la confortable pero anónima e insulsa condición de ama de casa de clase acomodada. Gracias a Dios sufrió ese horrendo drama familiar y hoy pudo dejar sembrado a políticos como Demetrio Sodi, como Gabriela Cuevas en su pretensión de ser candidatos a gobernar el DF.
Quizás si en estos días mataran a un hijo de Sodi, su partido, el PAN, pudiera conmpensarlo con una candidatura a una senaduría. Gabriela Cuevas sí que está perdida, por ella no hay nada qué hacer pues es muy joven y no tiene hijos...
Lástima por la señora Wallace y por Sodi y por la joven Cuevas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario