SE QUEJA EL PEJE DE QUE LA CAMPAÑA ELECTORAL ES UNA BATALLA...¿ESPERABA QUE FUERA UNA FIESTA?
El proceso electoral está resultado realmente una competencia ...y reñida.
Es lo que se esperaba. Piquetes de ojos y patadas en los muy sensibles genitales, para que el proceso tuviera chiste.
Para eso se determinan estos formatos de exposición pública de los aspirantes y se disponen modos y tiempos más o menos largos, para verlos en acción luchar, aguantar, sufrir y sudar la gota gorda por lograr su propósito que es ganar la presidencia... o quedarse con el botín, asegún quieran que eso sea.
¿Qué cuento entonces es este que sexenio tras sexenio nos repite López Obrador sobre que los otros candidatos se le vienen arteramente encima con una guerra sucia para descarrilarlo y evitar su triunfo?
¡Pues si de eso se trata la competencia electoral, de ganar y de evitar que los otros ganen!.
Él lleva seis años recorriendo el país varias veces y arremetiendo, desde las plazas públicas, en charlas, en libros y en los medios que le abren puertas, con todo y contra todos los malosos y las inumerables fuerzas del inframundo y del maligno que habitan y están por habitar en la Nopalera.
¿Qué esperaba? ¿Que lo perdonaran? Era previsible que a las múltiples fuerzas del mal que en mafias bien organizadas cruzan el territorio les llegaría un día el momento del desquite. Ese día es hoy, como lo fue también en el proceso electoral de 2006.
Que se aguante y que responda, que resista y que destruya argumentos con argumentos, no con invenciones de complós y gestos de victimización y de martirio. Al fin que él sabe bien que sólo el pueblo salva al pueblo...y ahora además cuenta con los estudiantes.
Hoy tendrá una pequeña recompensa.
Golpear de frente a una banda de malandros periodistas que lo han vapuleado durante seis años. Que desquite su furia contra López Dóriga, al que ya perdonó cuando andaba de amoroso, y la banda del Tercer Grado, que hoy en la noche en el pecaminoso canal de las estrellas, lo recibe, nomás para que no se ande quejando del cerco informativo y otras paparruchas.
Lo están esperando.
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