Ahora sí la guerra que se vive en el país entró en una espiral inaceptable por la sociedad. Los daños colaterales son muy graves: la empresa Sabritas está amenazada de extinción, al menos en Guanajuato y Michoacán.
No sólo el ejército mexicano debería actuar para impedir este enorme despropósito de las bandas criminales, sino también la ONU y la OTAN.
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