TODOS GANARON, DICEN
El debate de ayer, donde todavía falta por saber en las próximas mediciones a quién de los cuatro favoreció realmente, dejó bien claro que los candidatos no confían en la sabiduría de los electores.
Nos creen personajes de tercera clase en este barco nopalero y nos dan trato de infantes o retrasados mentales, tratando de explicarnos con peras, manzanas, fotos y cartelitos, por qué ellos son tan buenos como son y porqué deben ser tan odiosos sus diabólicos contrincantes.
Dos de ellos, Josefina y el Peje, se emplearon más a fondo en acusar con desesperación a uno de sus competidores, Peña Nieto, de ser una malignas ratas incumplidora y el más peor de los bichos que hayan habitado este planeta.
Cada uno de ellos, cuando hablaban, decían ser el mejor de los hombres, y de las mujeres, que hubieran aspirado alguna vez a llevar las riendas de esta desgraciada Patria que hoy se hunde lentamente en los estercoleros de la pobreza, el crimen y la corrupción.
Ellos nos anunciaron que están en esta lucha sólo por salvarnos.
Los cuatro dijeron tener la fórmula y la voluntad...
De plano ¿Por qué no los contratamos a los cuatro y nos quitamos de problemas?
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