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ALVARO OBREGON (1880,1928)
ALVARO OBREGON (1880,1928)
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LAS CARICATURAS SI MATAN
LAS CARICATURAS SI MATAN
EL 17 de julio de 1928 fue asesinado el general Alvaro Obregón, por un católico fanático, León Toral, quien se hizo pasar por caricaturista para consumar el asesinato. Con ese motivo subimos aquí el primero de los textos del historiador Héctor Aguilar Camín, que se han publicado en Milenio Diario, con el relato periodístico de ese magnicidio histórico
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LOS DOLIENTES
HECTOR AGUILAR CAMIN
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LOS DOLIENTES
HECTOR AGUILAR CAMIN
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Son las dos y veinte de la tarde del 17 de julio de 1928 en el restorán La Bombilla, del sur de la ciudad.
Herido mortalmente, el general invicto Álvaro Obregón cae sobre su costado izquierdo, da con la cara en el borde de la mesa y luego en el suelo, escoriándose la frente. Tratan de levantarlo su jefe de campaña Aarón Sáenz, el jefe de su escolta Ignacio Otero, su médico Crescencio Sánchez, su paisano y amigo Arturo Orcí.
Se escuchan voces: “Un médico”, “¡Hay que llevarlo a un sanatorio!”, “¡Está aún vivo!” En brazos de sus próximos, el general Obregón es llevado a su automóvil.
El redactor de Excélsior puede ver su rostro. Tiene en la frente una raspadura visible, y en el cuello el orificio de salida de una bala, sus ojos entrecerrados están vidriosos, acusando los síntomas de la muerte. Muere en los momentos en que su automóvil sale del restaurante.
El asesino permanece en un rincón, sentado en el piso, con las piernas extendidas. De la nariz y la boca le salen hilillos de sangre, y tiene los ojos cerrados, mareado por los golpes que ha recibido.
El cronista del diario Excélsior puede verlo detenidamente. Es joven, no mayor de veintitrés años, delgado, de rostro moreno, labios salientes que en esos momentos tiene caídos, pelo ligeramente crespo. Viste un traje corriente color café claro. Alguien le ha arrancado la corbata, de listas plateadas y rojas, en un momento de indignación.
Las lágrimas asoman a los ojos de muchos. El coronel y diputado Ricardo Topete llora como un chiquillo y se mesa los cabellos. Tiene en la diestra el arma homicida que ha tomado del suelo cuando el autor del crimen la suelta por los empellones que le dan.
Es una escuadra automática, marca Stard, calibre 32, de cacha de madera.
El redactor de Excélsior ve también llorar al general y licenciado Aarón Sáenz, al licenciado y paisano Arturo Orcí, al diputado y coronel de las confianzas del caudillo, Tomás A. Robinson, al tribuno agrarista Antonio Díaz Soto y Gama, al resonante Aurelio Manrique, y a casi todos los presentes, presuntos diputados de Guanajuato que han sido electos, como Obregón, pero no han sido ratificados por el colegio electoral de la nueva legislatura.
Aurelio Manrique sube a la mesa, su voz potente y oratoria concentra la atención. Dice: “Señores, digamos aquí ante el cadáver del general Obregón que se ha convertido en el símbolo de la Revolución”. Alguien grita: “Juremos vengar su muerte”.
Otros corean: “¡Viva Obregón!”.
6 comentarios:
y epnse que yo tenia sangre fria, pinche caricaturista, se escabecha a su retratado, gUlP, GuLp, GulP!!!
Esa es una buena opción para cuando te pida alguien que lo dibujes Magú, le puedes decir que si, pero que eres de la escuela de León Toral y que el dibujo implica que después de hacerlo tendrás que darle unos plomazos.
Si los moneros de este país hicieran eso con todos los políticos que dibujan, ya los hubiéramos convertido en héroes nacionales me cae!!! jUaR, JuAR, JuaR!!!
Aburto no era monero???
Interesante historia esta la de Obregón, el general invicto de mil batallas, venció al mismo Francisco Villa y Carranza, y cuando pensó que ya nada le estorbaría en el futuro llega Toral y le asestó los plomazos con lo que perdería la vida. Interesante sin duda como es la vida y su desavenencias.
MAGU
¿Tiene algún correo en donde contactarlo? es que necesito contarle un chisme. Según yo tiene un correo especial de sacatrapos, pero no lo encuentro.
Maru: magu85@gmail y magurza86@yahoo.com.mx
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