jueves, 22 de enero de 2009

EL CALCETÍN INFORMATIVO

La noticia tiene ya un nuevo acosador, la injusticia un nuevo delator y los lectores de periódicos un nuevo ídolo. El reportero encapuchado recorre las calles y las avenidas, la sierra y las llanuras, la montaña y el mar en busca del chisme caliente.

Implacable, con olfato de sabueso y olor a calcetín sudado, el subcomandante Ocelote sale de su guarida y cuartel general el Bar Chapultepec dispuesto a dar a conocer lo que es relevante. Hoy nos presenta su primer trabajo en Milenio Diario y si Carlos Marin lo deja ir, deplano la va a regar muy feo.

¡Que tiemble calcetín-con-rombos-man!.

Enhorabuena Ocelote.


El miedo que secuestra

ALEJANDRO ESPINOSA (Subcomandante Ocelote para la tropa sacatrapera).

I. Un preso

Joel es fotógrafo, tzeltal, uno de los tantos individuos sin nombre ni rostro que emigró de su lugar de origen (algún lugar selvático del sureste mexicano) con la esperanza de encontrar mejores oportunidades y condiciones que le permitieran no sólo sobrevivir, sino reclamar para si y para los suyos eso que el llama tierra, trabajo, educación, libertad y justicia.

Joel, indígena chiapaneco, consiguió hace ya varios años una beca en la escuela activa de fotografía gracias a Paula Haro y Lorenzo Haggerman, directores de La 68, Casa de Cultura Elena Poniatowska.

Como cualquier persona que radica en la Ciudad de México, es cauteloso, pero a diferencia del común ciudadano, Joel extrema precauciones, desconfía, apresura el paso, evita alzar la voz y su mirada observa detenida y velozmente todo cuanto lo rodea, pues dice que nunca faltan "orejas y ojos no gratos, molestos, pues".

Sigan leyendo acá: http://www.milenio.com/node/149155