REGRESA AL AEROPUERTO
EL JAPONESITO DEL AEROPUERTO NO LE GUSTO
LA CAMITA BLANDA, NI LA SOPA CALIENTE, NI OTRAS COSITAS QUE LE OFRECIO SU PAISANA EN UN MINICONDOMINIO
EL JAPONESITO DEL AEROPUERTO NO LE GUSTO
LA CAMITA BLANDA, NI LA SOPA CALIENTE, NI OTRAS COSITAS QUE LE OFRECIO SU PAISANA EN UN MINICONDOMINIO
ESTA MAS COMODO APLASTAR LOS GLUTEOS 24 HORAS EN UN RESTAURANTE DEL AEROPUERTO INTERNACIONAL DONDE SE LA PASA DIVERTIDO ECHANDO SUS TACOS DE OJO Y GUEVONANEANDO A LA VISTA DE VIAJEROS DE TODO EL MUNDO
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ESTA ES LA NOTA COMPLETA DEL REFORMA, PARA QUIEN LE INTERESE
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ESTA ES LA NOTA COMPLETA DEL REFORMA, PARA QUIEN LE INTERESE
Hiroshi Nohara desdeñó el calor del hogar que le ofreció la señora Oyuki.
El ciudadano japonés regresó ayer a su mesa en el comedor del área internacional del aeropuerto de la Ciudad de México.
Con barba algo crecida, chamarra blanca, pantalón negro y tenis verdes con amarillo, Hiroshi llegó pasadas las 12:00 horas a la terminal aérea.
Su equipaje lo conformaban dos bolsas con ropa y cobijas, así como una más de recuerdos que le han obsequiado diversas personas durante su estancia en México.
Ayer se compró un café y unas papas y se sentó a observar un periódico del viernes pasado.
Sin querer decir por qué regresó al recinto aéreo, el japonés saludó a policías federales, personal de intendencia y algunos pasajeros.
"Dice que no le gustaba estar encerrado, pero es todo lo que dice y se ríe", indicó Armando, empleado de una aerolínea que se hizo su amigo.
Hiroshi estuvo fuera del aeropuerto 15 días. El 28 de diciembre pasado, Oyuki, quien está casada con un japonés, lo convenció de mudarse a su casa, en una unidad habitacional.
Sin embargo, según amigos de Hiroshi, a éste no le gustó estar encerrado, sin ver y estar en contacto con muchas personas.
"No, no sé nada, no sé dónde está, yo sólo le ayudé, pero no sé si él regresó o no", dijo Oyuki en breve entrevista.
Los vecinos de la unidad no vieron salir muy seguido a Hiroshi de la casa de Oyuki, quien vive sola desde que se fue su esposo.
Oyuki argumentó que le ofreció su casa a Hiroshi porque no descansaba bien en el aeropuerto internacional.
El japonés cumplió ayer 132 días de estar en México, 118 de los cuales los ha pasado en el recinto aéreo.
Las autoridades aeroportuarias reiteraron que no pueden hacer nada para que Hiroshi abandone el aeropuerto, debido a que tiene un boleto de regreso a Japón con fecha abierta.
En marzo, Hiroshi tendrá que decidir si se regresa a su país con ese boleto o espera a ser deportado por las autoridades migratorias.
Ahora no pueden sacarlo, porque tiene permiso para estar en México en calidad de turista.
El ciudadano japonés regresó ayer a su mesa en el comedor del área internacional del aeropuerto de la Ciudad de México.
Con barba algo crecida, chamarra blanca, pantalón negro y tenis verdes con amarillo, Hiroshi llegó pasadas las 12:00 horas a la terminal aérea.
Su equipaje lo conformaban dos bolsas con ropa y cobijas, así como una más de recuerdos que le han obsequiado diversas personas durante su estancia en México.
Ayer se compró un café y unas papas y se sentó a observar un periódico del viernes pasado.
Sin querer decir por qué regresó al recinto aéreo, el japonés saludó a policías federales, personal de intendencia y algunos pasajeros.
"Dice que no le gustaba estar encerrado, pero es todo lo que dice y se ríe", indicó Armando, empleado de una aerolínea que se hizo su amigo.
Hiroshi estuvo fuera del aeropuerto 15 días. El 28 de diciembre pasado, Oyuki, quien está casada con un japonés, lo convenció de mudarse a su casa, en una unidad habitacional.
Sin embargo, según amigos de Hiroshi, a éste no le gustó estar encerrado, sin ver y estar en contacto con muchas personas.
"No, no sé nada, no sé dónde está, yo sólo le ayudé, pero no sé si él regresó o no", dijo Oyuki en breve entrevista.
Los vecinos de la unidad no vieron salir muy seguido a Hiroshi de la casa de Oyuki, quien vive sola desde que se fue su esposo.
Oyuki argumentó que le ofreció su casa a Hiroshi porque no descansaba bien en el aeropuerto internacional.
El japonés cumplió ayer 132 días de estar en México, 118 de los cuales los ha pasado en el recinto aéreo.
Las autoridades aeroportuarias reiteraron que no pueden hacer nada para que Hiroshi abandone el aeropuerto, debido a que tiene un boleto de regreso a Japón con fecha abierta.
En marzo, Hiroshi tendrá que decidir si se regresa a su país con ese boleto o espera a ser deportado por las autoridades migratorias.
Ahora no pueden sacarlo, porque tiene permiso para estar en México en calidad de turista.
9 comentarios:
Oficialmente, es un vagabundo.
Y a los vagabundos se les debe tratar como en "NARANJA MECÁNICA", indistintamente de su nacionalidá.
¿Sería "El Pecado de Oyuki"?
yo digo que si Trimax, si no por que la risita? diiiiigo, despues de tanto tiempo en el aeropuerto, quien le haria el favor... Aunque no faltan...
El Pecado en el Oyuki como dirían los Tepichines acerca del Sida en las telenovelas,jajaja.
Un vagabundo es un hombre que va siempre/de un lado a otro caminando por el mundo/sin ambición/sin ansia ni esperanza/
Y NO MERECE AMOR...NI CONFIANZA.
(Aah yay yay ay)/JAMÁS nosotros seremos vagabundos/viviendo del dolor/y de ilusiones...
Lléguele pinche ojos de alcancía huevón apátrida.
Ese guey ya es adicto a la fama que solo el pueblo mexicano les brinda a curiosos personajes entre los que se encuentran:
- Edgar (ya wey, ya wey)
- El Canaca
- El tengo miedo
- La no shoqué, me shocarón
- El gritón espuriooo
- El yo joy el prejindente legitimo
Zeta eso también incluiría un shooooryuuukeeen???
pinche huevón!!
Los vagabundos son los restos que quedan de la era en que los humanos aún vivíamos com tribus nómadas, antes de que inventáramos la agricultura, la industria y la consecuencia inevitable: el trabajo.
Los normales, los cuerdos, son ellos. Los anormales, nosotros.
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