EL CARRIZOS PARA DIPUTADO (MINIMO).
Sobre el tema de la caída del “Carrizos”. Este celebre ladrón (jamás ratero, según sus propias palabras), debería ser ejemplo para todos aquellos amantes de lo ajeno de cómo, si se va a ser
una rata de dos patas, se tiene que ser la mejor. Superación, constante, disciplina, ganas de salir adelante y mucho corazón es el legado que El Carrizos deja a las nuevas generaciones de malandros, uñas largas que, ya sea aprovechando las aglomeraciones del metro, metiéndose a una residencia en las lomas, o desde una curul en la cámara de diputados, roban al prójimo con elegancia e impunidad. Por eso El Carrizos ahora que en unos cuantos meses salga libre gracias a nuestro brillante sistema judicial, debería poner su propia Escuela de Rateros. El éxito de una academia así estaría asegurado y en ella podrían inscribirse personajes como el de este video.
