viernes, 19 de septiembre de 2008

FELIPE Y MARCELO
CONMEMORAN LOS SISMOS DEL 85,

CALDERON POR UN LADO
El presidente, Felipe Calderón, encabezó esta mañana la ceremonia con la que se rememoran los sismos del 19 de septiembre ocurridos hace 23 años, con un acto en la Plaza de la Constitución.
Sin la presencia de autoridades del Gobierno del DF, el mandatario salió a pie de Palacio Nacional para encabezar el evento en donde se izó a
media asta la bandera nacional.

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MARCELO POR EL SUYO
El Gobierno del Distrito Federal encabezó en la Plaza de la Solidaridad, donde se encontraba el Hotel Regis, la conmemoración por el 23 aniversario de los sismos de 1985. Una banda de guerra entonó el toque del silencio para proceder al izamiento de la bandera nacional a media asta. .................................................

EN 1985, EN MEDIO DE 10 MIL MUERTOS Y UNA CIUDAD DESTRUIDA
ESTE MONERO MANTUVO EL SENTIDO DEL HUMOR
(sí merece que le metan una granada por el hoyo negro)

CARTON DE MAGU, EN 1985,

Los capitalinos, afectados de un modo o de otro, reclamaban ayudas rápidas y eficaces; en su delirio también exigía rendición de cuentas pues muchos edificios públicos derrumbados por el sismo eran de construcciones relativamente recientes y se sospechoseaba corrupción en su construcción: la sociedad renegada, como siempre, exigía encontrar culpables.

El gobierno, paralizado y hecho bolas, no atinaba más que a defenderse respondiendo que no era la hora de buscar culpables, de allí este cartón.

Nótese que hacía esos cartones en medio de una ciudad destrozada con muchos más muertos que en Morelia y que necesariamente tenía que utilizar imágenes con víctimas y damnificados para dar cauce a la crítica que era más necesaria que las lamentaciones.

OTRO, SOBRE TELEVISA

Las instalaciones de Televisa, antes Telesistema Mexicano, ubicadas sobre avenida Chapultepec y Balderas se vinieron abajo(con todo y su antena que cayó sobre una escuela secundaria técnica) justo en el momento de la transmisión de sus noticieros mañaneros, con el resultado fatal de la muerte de sus informadores tempraneros más importantes al igual que una decena de trabajadores de operación, camarógrafos y demás.

No obstante la magnitud de su desastre, la empresa no sólo no informó sobre ese colapso sino que impidió al gobierno que realizara tareas de rescate y búsqueda de sobrevivientes, con algún alegato desconocido y extrañamente aceptado por el gobierno, de modo que pasaron 13 días antes de que la propia empresa iniciara ella misma sus tareas de “rescate” y “salvamento” y “recuperación”.

Allí abajo había muerto, como en todos lados, y el monero tenía que trabajar con esas circunstancias para hacer la critica política con la característica de su oficio: el humor, si no con qué.

Para llorar no contratarían moneros en los periódicos, sino a lacrimosos miembros del Cártel de la Llorona Loca.
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